La naturaleza no entiende de crisis. Mientras los
humanos nos afanamos en nuestras preocupaciones y los vientos soplan
amenazantes, en estos momentos en que todo parece desmoronarse..., una vez
más,… llega el invierno.
En el final de cada año ha sido establecido que, en
esta parte del planeta, las hojas deben caerse, el frío debe extenderse por los
rincones, la vida debe quedar aletargada… Más allá de cambios climáticos --de
los que también somos culpables-- la naturaleza permanece sabia e implacable.
Puede asustar de vez en cuando, pero nunca decepciona...
Se acaba un año difícil y las previsiones anuncian
que el siguiente será aún peor. A la muerte de la vida natural se le suma otra
muerte: los horizontes presagian grandes, negros nubarrones, los dioses no son
propicios. Pero el final de cada año anuncia el final de un ciclo, y tras la
muerte llegará la renovación, y con la renovación, la vida y la esperanza…
Llegará de nuevo a brotar la hierba.
Mientras tanto, en nuestro centro conmemoramos el
final de un ciclo. Para ello pedimos a los alumnos que escriban un deseo: debe
ser ético, debe contener un valor humano universal, debe ser válido para
cualquier confesión y cultura, y a ser posible, debe tener vocación
literaria... ¿Estaremos pidiendo demasiado? Se lo comunicamos a los niños, con
miedo, con desconfianza... Y ellos, sorprendentemente, se animan, empiezan a
soltar deseos, la mayoría estereotipados, manidos, repetidos como una tabla de
multiplicar... Insistimos: sed originales, intentad sorprender, llenaos de
bondad... Se quedan pensando, las cabezas explotan...
El IES Juan José Calvo Miguel celebra que se acaba
un año y que viene otro. Celebra que la vida continúa y que a una estación le
sobreviene otra. Celebra que no hay que renunciar a la esperanza. Y, por
supuesto, celebra que llega el invierno. Ya volverá la primavera.
Nieves Álvarez de la Granja
LLEGA EL
INVIERNO. ESPLÉNDIDO DICTADO
ME DAN LAS LENTAS HOJAS
VESTIDAS DE SILENCIO Y AMARILLO.
SOY UN LIBRO DE NIEVE,
UNA ESPACIOSA MANO, UNA PRADERA,
UN CÍRCULO QUE ESPERA,
PERTENEZCO ALA TIERRA Y
A SU INVIERNO.
CRECIÓ EL RUMOR DEL MUNDO EN EL FOLLAJE,
ARDIÓ DESPUÉS EL TRIGO CONSTELADO
POR FLORES ROJAS COMO QUEMADURAS,
LUEGO LLEGÓ EL OTOÑO A ESTABLECER
LA ESCRITURA DEL
VINO:
ME DAN LAS LENTAS HOJAS
VESTIDAS DE SILENCIO Y AMARILLO.
SOY UN LIBRO DE NIEVE,
UNA ESPACIOSA MANO, UNA PRADERA,
UN CÍRCULO QUE ESPERA,
PERTENEZCO A
CRECIÓ EL RUMOR DEL MUNDO EN EL FOLLAJE,
ARDIÓ DESPUÉS EL TRIGO CONSTELADO
POR FLORES ROJAS COMO QUEMADURAS,
LUEGO LLEGÓ EL OTOÑO A ESTABLECER
TODO PASÓ, FUE CIELO PASAJERO
Y SE APAGÓ
YO ESPERÉ EN EL BALCÓN TAN ENLUTADO,
COMO AYER CON LAS YEDRAS DE MI INFANCIA,
QUE
SUS ALAS EN MI AMOR DESHABITADO.
YO SUPE QUE
Y EL HUESO DEL DURAZNO TRANSITORIO
VOLVERÍA A DORMIR Y A GERMINAR:
Y ME EMBRIAGUÉ CON
HASTA QUE TODO EL MAR SE HIZO NOCTURNO
Y EL ARREBOL SE CONVIRTIÓ EN CENIZA.
TRANQUILIZANDO SU INTERROGATORIO,
EXTENDIDA
YO VUELVO A SER AHORA
EL TACITURNO QUE LLEGÓ DE LEJOS
ENVUELTO EN LLUVIA FRÍA Y EN CAMPANAS:
DEBO A
LA
PABLO NERUDA