Lìdia
Serra lleva muchos años apostando por una educación integral -desde el corazón:
sólida, verdadera y auténtica- y por el yoga como método que puede hacerlo
posible. Gracias a su experiencia y empeño ha surgido un precioso proyecto de
crecimiento y aprendizaje para padres y educadores: El
Yoga Educa.
Maestra, profesora de yoga, formadora del
ICE (Instituto de Ciencias de la Educación) de la UAB (Universidad Autónoma de
Barcelona) desde el año 2004; coordinadora del Grupo de Trabajo de Formación de
formadores ‘El Yoga en la Educación’ del ICE de la UAB desde el año 2006 hasta
el 2013; coordinadora del Grupo de Trabajo ‘El Yoga en la Educación’ del CRP
(Centro de Recursos Pedagógicos) del Bages desde el año 2007 hasta el 2013;
presidenta desde 2007 a 2013 del RYE (Recherche sur le Yoga dans l’Ëducation). Ver
su currículum aquí.
Lìdia,
la educación es, para muchas personas, la tabla de salvación del futuro de la
humanidad. ¿Qué puede hacer el yoga para que evolucione el sistema educativo,
bastante anquilosado?
El yoga puede acompañarnos en nuestro crecimiento y nuestros aprendizajes durante toda la vida, desde la gestación hasta nuestra muerte.
Estamos
hablando de una ciencia de la cual ya se han hecho estudios de su eficacia
en el manejo del estrés, de la incidencia positiva que tiene en la salud mental
y corporal, en el desarrollo psicoemocional o en el éxito de la habilidades
sociales. Una ciencia con estas características tendría que estar incluida en
los aprendizajes básicos que el sistema educativo marca.
Si
así fuera, podríamos decir que el yoga estaría colaborando en el nuevo
paradigma educativo acompañando en los procesos educativos que el siglo XXl
necesita. El informe Delors de la UNESCO en los años 90 proponía una educación
del cuerpo, de las emociones, del intelecto y de la espiritualidad: una
educación holística del individuo para que pueda manejarse de una manera eficaz
y saludable en una época de cambios tan constantes como la que vivimos. El yoga
es una herramienta valiosa que se ocupa de desarrollar todos estos aspectos de
la educación que este nuevo siglo necesita contribuyendo a la formación de
ciudadanos comprometidos.
¿Cómo
educa el yoga, a través de qué?
El yoga educa a partir de la confianza y la convicción de que hay un tesoro escondido dentro de cada uno de nosotros. De que no importa de dónde venimos ni adónde vamos, que el crecimiento está en el camino y que estamos aquí para aprender a vivir en plenitud aprovechando cada oportunidad que nos brinda la vida para aprender.
El
yoga educa ayudándonos a ser más conscientes de nuestras habilidades y de
nuestras limitaciones.Cuando estamos en este punto, podemos aprender, y si
aprendemos podemos educar.La clave de todo está en la conciencia y la
aceptación constructiva de lo que somos y lo que nos rodea. Es fácil,
aunque a veces, lo más fácil es difícil.
“Cada
instante de nuestra vida es un acto de aprendizaje único y lleno de
experiencias que nos posibilitan crecer por dentro”. ¿Cómo se transmite esta
filosofía de El Yoga Educa a las aulas?
En primer lugar, con el propio ejemplo. Los niños y jóvenes tienen una gran capacidad para saber cómo estamos por dentro los adultos que los rodeamos. Más tarde, estas capacidades se van perdiendo. Muchas veces ellos saben y perciben de nosotros más que nosotros mismos. Los adultos tenemos que estar muy atentos a nuestras propias percepciones y reacciones para saber qué les estamos ofreciendo a los niños. Y también observar e interactuar con ellos para aprender de nosotros mismos.
Este
equilibrio entre nosotros y el entorno nos proporciona eficacia y una mejor
gestión de nuestra propia energía para poder realizar la difícil pero
apasionante tarea de educar. Así se transmite esta filosofía de “Crecer
por dentro” que desde El Yoga Educa proponemos: observar, interactuar y
aprender juntos.
“Lo
mejor que se puede hacer por la educación de los niños y jóvenes es comenzar
por nosotros mismos”. ¿Podrías explicarnos esta frase desde tu proyecto?
Muchas veces, para no decir la mayoría, en los contextos educativos estamos culpando a los niños y jóvenes de sus actitudes y acciones: “Este niño es…”, “Esta niña tiene…” para referirnos a sus limitaciones. Les ponemos una etiqueta o les damos un tratamiento farmacéutico y nos quedamos tan tranquilos pensando que como adultos ya hemos hecho lo que debíamos, y nos lamentamos de nuestra mala suerte con lo que nos ha tocado vivir. Lo que en ocasiones no tenemos en cuenta es que los niños son estructuras en formación que aprenden por imitación y la mayoría de las veces actúan como espejo.
Si
empezamos la educación desde nosotros mismos, la imagen que los niños y jóvenes
reciben es de apertura, de aceptación de los propios límites, de solidez, de
compromiso, de empoderamiento. Si nos conocemos a nosotros mismos podemos
ofrecerles lo mejor porque todo lo que ven y perciben es la inteligencia del
corazón. Y esta es la verdadera inteligencia: cuando educas desde tu
corazón, el aprendizaje es sólido, verdadero y auténtico.
¿Qué
enseñan los cursos de El Yoga Educa? ¿Cuáles son sus objetivos?
Enseñamos lo que somos: aquí está la clave de la educación y del aprendizaje. El Yoga Educa propone una formación en la que podamos re-encontrarnos, re-descubrirnos como lo que somos, con nuestras potencialidades y nuestras limitaciones como adultos, para poder ofrecer a los niños y jóvenes una educación coherente y de calidad. Con una buena dosis de constancia memorizamos contenidos y escribir un texto sin faltas ortográficas es cuestión de práctica. Pero la educación de un ser humano no es eso: es aprender a equilibrar las emociones y a gestionar la fuerza y la energía para focalizar la atención y la concentración en aquello que queremos aprender y saber. Es el gusto por el aprendizaje, el desarrollo de la sensibilidad estética y creativa, es el respeto hacia a uno mismo y hacia los demás.
El
Yoga Educa ofrece una formación en la que aprendemos juntos una serie de
prácticas que nos acompañan en el proceso de desarrollo de todas estas
cualidades humanas que necesitamos despertar poco a poco. La mayoría de estos
ejercicios se pueden realizar con los niños y jóvenes de nuestro entorno, ya
sea en la escuela, en la familia, en una consulta terapéutica o en actividades
extraescolares, como aquel que practica para aprender a multiplicar. Porque practicando
para ser humanos aprendemos a serlo y enseñamos a las nuevas generaciones el
camino hacia la humanidad.
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