De Paz, Nobel de 1990, (El laberinto de la soledad, Libertad bajo palabra o Árbol adentro) hechiza "el sentido de universalidad de su poesía, el fértil diálogo entre culturas, la interrelación de conocimientos, que en él se enriquecía con sus brillantes ensayos". Demostró que se podía ser avanzado dialogando con las civilizaciones primitivas y a la vez anunciando "la muerte de las vanguardias". Y mucho más. Para José Manuel Caballero Bonald, el poeta mexicano penetró como pocos en los secretos de la realidad con la sola potencia de su poesía. "Exploró con mano maestra en esas posibilidades expresivas y supo canalizar una estrategia poética admirable: aquella en que las palabras significan algo más de lo que significan en los diccionarios".
Un aliento de la misma estirpe impulsaba a Cortázar, "uno de los grandes creadores de la lengua literaria española del siglo XX. Su prosa narrativa dispone de un dinamismo creador ciertamente ejemplar", asegura Caballero Bonald. Su novela Rayuela anula el dogmatismo de los géneros y se mueve entre la poesía y la prosa. Paz y Cortázar fueron, sin más, creadores puros que nos sacaron del simplismo, de lo plano y del realismo pobre en literatura".
Ya empiezan a sonar los homenajes, lecturas, estudios, exposiciones, coloquios y demás tributos que se prolongarán este año en rutas bifurcadas. "Nace de mí, de mi sombra, / amanece por mi piel, / alba de luz somnolienta. / Paloma brava tu nombre, / tímida sobre mi hombro" (Paz, en Bajo tu clara sombra). "Soy yo, soy él. Somos, pero soy yo, primeramente soy yo, defenderé ser yo hasta que no pueda más" (Cortázar, en Rayuela).
Julio Cortázar, en un retrato de 1966. |
Octavio Paz (México, 1914-México, 1998), uno de los grandes de las letras latinoamericanas. |
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